domingo, 4 de enero de 2015

El museo desaparecido, Héctor Feliciano

Libros bélicos, Segunda Guerra Mundial, Holocausto, Nazis
Buenos días,

Lo primero de todo, felicitaros a todos el año nuevo y desearos que en este 2015 se cumplan todos vuestros deseos e ilusiones.

Ayer estuve viendo una película, Monuments Men, y a raíz de ello me acordé que tenía un libro, bastante interesante, sobre el relato del expolio de arte (cuadros, esculturas y todo tipo de objetos) que hicieron los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. La obra en cuestión se titula "El museo desaparecido" y el autor es Héctor Feliciano.

La cúpula nazi estaba absolutamente obsesionada por las obras de arte. No se si por amor al mismo, o simplemente por afán expoliador y acaparador, pero el caso es que durante la guerra, orquestaron todo un sistema de expolio de colecciones privadas y de museos nacionales de los países ocupados. Cuadros, esculturas, retablos, vajilla, piezas de decoración. Nada escapaba a su avidez. Hitler planeaba construir el museo del Führer en Linz, y llenarlo con todas las obras de arte. Y el mariscal del Reich Hermann Goering era un ávido coleccionista, o ladrón, según se mire.

Muchas de las obras de arte robadas, pertenecían a ricas familias judías como los Rothschild. Y la ciudad de París fue uno de los epicentros de este saqueo sistematizado, por su importancia cultural y por albergar obras de arte de importancia capital y valor incalculable. El Jeu de Paume fue, durante los años de ocupación de la capital francesa, el centro de operaciones nazi por el que transitaban las obras robadas, y Goering era un asiduo visitante para realizar "compras" privadas.
Ocho años ha tardado Héctor Feliciano en escribir este libro. Para ello, ha realizado un minucioso trabajo de investigación y ha tenido acceso a documentación que llevaba años clasificada. Gracias a su labor, miles de obras de arte han sido localizadas y devueltas a sus legítimos propietarios.

La acción de expolio que llevaron a cabo los nazis durante la guerra fue de proporciones inmensas. Muchas acabaron en casas particulares, museos o almacenadas en minas de sal. Pero por desgracia muchas otras se perdieron para siempre. Sin embargo, de vez en cuando nos encontramos con agradables sorpresas, como esta noticia que habla del último gran hallazgo de obras robadas que hasta hoy se daban por desaparecidas.

Un saludo,

Javier

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