jueves, 12 de marzo de 2015

Kursk, una derrota anunciada (2ª parte)

Buenas noches,

Hoy continuamos con la apasionante segunda parte de la batalla de Kursk, escrita por nuestro colaborador @morroamarillo. Espero que la disfrutéis tanto como la primera.

Cambiando de tercio, en la pinza sur el objetivo a corto plazo alemán era sobrepasar la 2ª línea defensiva entre el primer y el segundo día de ataque. Con esto se intentaba avanzar lo máximo antes de que los soviéticos pusieran en marcha sus reservas de carros que se encontraban en retaguardia (los alemanes sabían que los soviéticos tardarían un par de días en movilizar y reunir sus reservas). Tras las dos principales líneas defensivas había zonas más llanas y abiertas que le otorgaban una superioridad a los alemanes debido a su experiencia y flexibilidad táctica.

Como ya hemos dicho, los ataques comienzan el 4 de julio, aunque no dejan de ser ataques de tanteo y pequeñas escaramuzas por parte de la división Großdeutschland y la 11 División Panzer. Los verdaderos avances comenzarían durante la madrugada del día siguiente.
Será el II Cuerpo Panzer de las SS (con sus tres divisiones que antes comentamos) el que dará el golpe más fuerte e intentará llegar a Kursk. Un avance en profundidad de tales características requería que los flancos estuviesen a cubierto para que las divisiones de las SS se sintieran libres de avanzar hacia su objetivo. En este momento entran en escena el 48 Cuerpo Panzer (3ª, 11ª divisiones panzer y la División Großdeutschland) que cubriría el flanco izquierdo y el 3 Cuerpo Panzer (6ª, 7ª y 19ª divisiones panzer) que cubriría el flanco derecho. Más al sur se situó el Destacamento de Ejército de Kempf que atacaría por el sur de Belgorod y su cometido era de vital importancia para cubrir el flanco sur de toda esta operación, aunque más tarde viraría hacia el norte e intentaría reunirse con las formaciones de las Waffen SS, aunque sin demasiado éxito.

El 3 Cuerpo Panzer no llegó a cumplir su objetivo, fundamentalmente por dos razones:
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      La resistencia soviética, que será el pan de cada día en la mayoría de los sectores donde se desarrollen las operaciones.
Este cuerpo, si nos fijamos en los mapas, estaba en una posición más meridional con respecto al II Cuerpo Panzer de las SS (el que tenía que cubrir). Esto hizo que tuviese que cubrir más espacio lo que unido a la razón retrasó sus avances.

Segunda Guerra Mundial, Libros bélicos

Avance de las fuerzas alemanas en la pinza sur de Kursk. De izquierda a derecha: 48 Cuerpo Panzer, II Cuerpo Panzer de las SS y 3 Cuerpo Panzer.




En el flanco izquierdo del II Cuerpo Panzer de las SS se encontraba la División Großdeutschland (una de las mejores divisiones alemanas de toda la guerra) que contaba con una cifra aproximada de 300 carros de combate, incluida la 10ª Brigada Panzer que contaba con unos 190 carros Panzer V Panther (a decir verdad no destacaron en la batalla debido a sus continuas averías, y parece ser que al cuarto día de combates quedaban en torno a 40 de ellos en condiciones de combatir). Tales dimensiones de fuerzas eran sobre el papel, ya que esta formación se había creado recientemente y no estaba lo suficientemente organizada como para entrar de una forma efectiva en el combate. La 3ª y la 11ª divisiones panzer también se encontraron con problemas en su avance, a pesar de ser divisiones veteranas y curtidas en combate. Tal que así, la única que consiguió algunos modestos avances en los primeros momentos de la ofensiva fue la 11ª.

En los dos primeros días las divisiones de las Waffen SS lograron su objetivo de romper las dos primeras líneas defensivas lanzando al frente sus compañías de Tiger (tenían alrededor de 12 carros cada una) apoyadas por cañones de asalto StuG III y panzergrenadiers (infantería que acompaña a las divisiones blindadas) que cubrían a los ingenieros. Las Waffen SS deciden no usar por el momento sus reservas de carros, algo que no ocurre en su flanco izquierdo como comentaremos ahora.
En el flanco izquierdo, en especial la División Großdeutschland, se quedó empantanada porque desde el primer momento ponen en juego casi la totalidad de su fuerza de carros. Fue un desastre y muchos carros quedaron atascados debido a las zanjas antitanque y campos embarrados, y muchos otros fueron víctimas de las minas y fuego enemigo. El problema de poner los carros en vanguardia desde el primer momento de la ofensiva es que los grupos de ingenieros y zapadores no pueden hacer su trabajo y despejar o facilitar de alguna manera el terreno a los carros de combate. En el flanco derecho las cosas tampoco fueron demasiado bien en cuanto a avances se refiere. Si bien las bajas de los soviéticos seguían siendo enormes y los Tiger, a pesar de no ser muchos, estaban causando estragos en el enemigo (un Tiger consiguió dejar fuera de combate veintidós carros enemigos en menos de una hora y a su tripulación se le otorgó de forma inmediata la Cruz de Caballero). Por mencionar otra hazaña cuasi individual, cuenta Hugo Cañete en un capítulo de HistoCast, “diez hombres de la 2ª Compañía de Zapadores de la Großdeutschland que, en la noche del 3 al 4 de julio, desactivaron 2.700 minas en cinco horas en la colina de Bútovo, lo que implica desactivar una mina por minuto, en la oscuridad y con varillas de hierro, porque no se podían usar detectores porque los rusos habían sembrado de metal todos los campos de minas”.

Durante el 6 de junio las únicas formaciones que habían logrado un avance viable fueron las Waffen SS. Las formaciones encargadas de cubrir sus flancos habían quedado retrasadas, lo que era un problema para estas unidades que ya habían rebasado la segunda línea defensiva soviética y verían sus flancos desbordados por la superioridad numérica enemiga. Esta presión fue muy notable en el flanco izquierdo, lo que obligó a las divisiones Leibstandarte y Das Reich a desviarse hacia el nordeste en dirección Prokhorovka, un importante nudo ferroviario y el lugar en el cual se creyó, durante muchos años, que se desarrolló la mayor batalla de carros de la historia. No es el tema que aquí se trata, solo decir que los últimos estudios de la batalla no dan crédito a esta afirmación.

Las cuñas alemanas en dirección Prokhorovka parecían todo un éxito a ojos soviéticos. Vaututin, que defendía este sector, solicitó personalmente a Stalin que enviase refuerzos de forma inmediata. Los soviéticos creyeron que el principal ataque alemán se desarrollaría por el norte, cuando no fue así, por lo que fue necesaria la movilización de tropas para reforzar el sur de Kursk.
Así, en la retaguardia soviética se empezó a movilizar tropas: el Frente de la Estepa de Konev, el V Ejército de Tanques de la Guardia de Pavel Rotmistrov y el II Ejército del Aire con intención de cubrir estos grandes movimientos de tropa. La batalla continuó a lo largo de los siguientes días. Una batalla muy diferente de la que tratamos en mi artículo anterior, pues ya no se trata de un combate urbano a temperaturas bajo cero, sino todo lo contrario: grandes llanuras sobre las que el sol provocaba una sed terrible que se acrecentaba para las tripulaciones de los carros. Imaginarse por un momento estar dentro de una estructura de acero sin poder salir en muchos días, con una temperatura exterior no menor a 35º C. Los tripulantes de los panzer  recurrían con bastante frecuencia a las pastillas de Pertivin (metanfetaminas) para mantenerse despiertos, además de ayudar a cohibir la sensación de peligro.

El 7 de julio la Leibstandarte y la Das Reich continuaron acercándose a Prokhorovka, no sin graves dificultades, pues sus flancos estaban totalmente desguarnecidos. El 8 de julio se da la orden a las divisiones Leibstandarte y Das Reich de virar al oeste para coger por la retaguardia a los soviéticos que estaban haciendo imposible el avance del 48 Cuerpo Panzer (recordad que es el que tenía por objetivo cubrir el flanco izquierdo del II Cuerpo Panzer de las SS).
Finalmente, el 9 de julio las formaciones de las Waffen SS alcanzaron la retaguardia de Vatutin. Paul Hausser (el que estaba al mando del II Cuerpo Panzer de las SS) esperaba, ahora que su avance se estaba consumando, contar con el apoyo del Destacamento de Ejército de Kempf que se encontraba en su flanco derecho luchando en los arrabales de Belgorod.
Es a partir del 11 de julio cuando las divisiones de las Waffen SS se redirigirán, de forma definitiva, hacia el este en dirección Prokhorovka, donde se encuentra el V Ejército de Tanques de la Guardia de Rótmistrov y es el que sostendrá la mayoría de combates en este sector.
Los planes alemanes para el día 12 en el sector de Prokhorovka consistían en que la Totenkopf se situase en el flanco izquierdo y cogiese por detrás a las fuerzas enemigas situadas en Prokhorovka (en un principio no se esperaba que allí hubiese la ingente cantidad de enemigos que luego se comprobó) y la Leibstandarte será la que ostentará el protagonismo situándose en el centro, en una lengua de tierra plana de unos 5 km de ancho y unos 10 de largo, esperando a que la Totenkopf apareciese por el frente y continuar juntos el avance hacia el noroeste. La misión de la Das Reich era proteger el flanco derecho, el verdadero objetivo del 3 Cuerpo Panzer que había quedado muy retrasado y que ya no se contaba con él.

En la zona de Prokhorovka los soviéticos contaban con alrededor de 500 vehículos entre carros de combate y cañones autopropulsados divididos en tres Cuerpos de Ejército (el 2º, el 18º y el 29º de Carros de la Guardia). Por parte alemana, entre las divisiones Leibstandarte y Das Reich juntaron alrededor de 170 carros de combate, entre los cuales había 4 Tigres por parte de la Leibstandarte y solamente uno por parte de la Das Reich.
En mitad de la lengua de tierra en la cual estaba situada la Leibstandarte estaba la colina 252 (nombrada así en relación a su altura) que fue tomada por los alemanes el día anterior, no sin una férrea defensa por parte soviética. En estos momentos el batallón de semiorugas de Joachim Peiper (un oficial de campo de las SS muy destacado y diestro pero tristemente relacionado con la masacre de Malmedy durante la batalla de las Ardenas en 1944) se encuentra a cubierto tras dicha colina y tras ellos estaba una pequeña compañía compuesta por siete carros Panzer IV. Los hombres se encontraban descansando bajo el sol matinal mientras esperaban a que la Tontenkopf flanquease al enemigo por el flanco izquierdo. Pasadas unas horas se empiezan a avistar en el cielo múltiples bengalas de color púrpura, señal de que se acercaban carros de combate enemigos. Los soldados empiezan a prepararse para combatir. Se encuentran con dos formaciones enemigas: una desde el oeste con 40 carros T-34 y otra desde el este con 35 carros del mismo modelo. Rótmistrov estaba cargando con cinco brigadas (cada una con 65 carros de combate) hacia la posición alemana situada en la lengua de tierra.

Las dos primeras brigadas (31ª y 32ª) se lanzaron de forma directa contra la colina, la sobrepasan y una vez que están en lo alto se tiran en desbandada contra los alemanes (recordad que los alemanes no estaban sobre la colina, sino que la estaban usando a modo de resguardo, es decir, estaba tras ella en su lado del frente). La maniobra soviética se antoja más a una carga de caballería que a un movimiento coordinado de carros de combate. Muchos de los carros soviéticos quedan atascados en una zanja antitanque que ellos mismos habían construido para defender la colina de los alemanes. Entre tanto, el grupo de Peiper y los escasos carros alemanes empiezan a disparar contra los soviéticos (siete carros y una treintena de semiorugas con armas ligeras contra ciento veinte carros enemigos). Más tarde llegarán dos compañías de carros de la Leibstandarte a reforzar la posición, pero en ningún momento las fuerzas alemanas se compararán en números a las soviéticas.
Al mismo tiempo que se producía esta batalla, un par de kilómetros hacia el este, en un bosque cerca de la localidad de Storozhévoye, los soviéticos atacan con otras dos brigadas un sector alemán que estaba defendido por el 1er Regimiento de la Leibstandarte a la cabeza de Albert Frey. También tenía bajo su mando un batallón de StuG III. Los soviéticos utilizan la misma estrategia: atacan en desbandada, confiando en su número más que en su puntería. Los alemanes, al encontrarse estáticos, pueden usar de mejor forma sus cañones y de esta forma empiezan a abrir fuego sobre las formaciones enemigas, a la que les causan graves pérdidas.
Ambas batallas se alargarán unas cuantas horas. En la zona de la colina, el carro de Rudolf von Ribbentrop, un afamado capitán de las SS (hijo del ministro de exteriores Joachim von Ribbentrop), destruye catorce T-34 enemigos. Otro carro alemán logra la destrucción de siete T-34 enemigos. Un tal Jensen de la 5ª Compañía destruye doce T-34, los granaderos de Peiper certifican la destrucción de quince carros lanzándose, literalmente, sobre los carros enemigos. Un verdadero desastre si hablamos de las pérdidas rusas: vemos que entre el 12 y el 13 de julio los soviéticos pierden 350 carros de combate y cañones de asalto si contabilizamos todos los combates que se dan en las inmediaciones de Prokhorovka.

En este contexto los únicos cuatro Tiger (entre ellos el de Michael Wittmann, uno de los mayores carristas de la historia) pertenecientes a la 13ª Compañía de la Leibstandarte, que era la única reserva de carros que aún no había entrado en combate, son enviados contra dos brigadas soviéticas que, tras ser rechazadas al intentar penetrar en el sector de la Totenkopf, se dirigen hacia el este para intentar cortar el frente de la Leibstandarte. Estamos hablando de cuatro Tiger contra dos brigadas enteras (más de cien carros), levemente dañadas, compuestas por T-34 y carros ligeros T-70. Los Tiger alemanes ocupan posiciones resguardadas y empiezan a observar los primeros carros enemigos desde una distancia de 2000 metros y se disponen a abrir fuego (el cañón de 88 mm del Tiger podía destrozar un T-34 desde 2 km, mientras que este último necesitaba estar a una distancia no mayor de 500 metros para suponer una amenaza). La batalla dura 3 horas, terminando de forma desastrosa para el bando soviético.

El día 12 la Leibstandarte dice haber destruido 192 carros enemigos.
El 13 de julio Hitler ordenó el cese de los avances alemanes cuando la batalla se encontraba en su punto álgido debido a que los aliados habían desembarcado en Sicilia tres días antes (Op. Husky) y necesitaba retirar tropas del frente oriental para enviarlas a Europa. Esto no le gustó nada a Manstein, que continuó con los avances en el sur de Kursk. El Destacamento de Ejército de Kempf había logrado unirse al grueso de las fuerzas de Hoth y de las Waffen SS para asegurar su flanco derecho, pero fue totalmente en vano pues el 17 de julio se ordenó al II Cuerpo Panzer de las SS (la fuerza que estaba sosteniendo los combates más duros) que se retirara. El 22 de julio también se ordena la retirada de Model de la bolsa de Orel.

En lo que respecta a los soviéticos (Stalin estaba al tanto de la situación en el sur de Italia), lanzaron ataques de diversión a lo largo de todo el frente ucraniano con el fin de distraer la atención y capturar cuanto antes la importante ciudad de Járkov. Aquí entra en escena la Op. Rumyantsev que se puso en marcha el 3 de agosto y contó con casi un millón de hombres, doce mil piezas de artillería entre cañones y lanzadores Katiusha y mil quinientos carros y cañones de asalto, unas fuerzas que las desgastadas tropas alemanas no fueron capaces de contrarrestar de ninguna forma. Belgorod se libera el 5 de agosto y Járkov el 28, no sin una desesperada defensa del Destacamento de Ejército de Kempf.

Segunda Guerra Mundial, Kursk, Libros bélicos

Mapa que muestra la posición de los alemanes en la pinza sur de Kursk antes y después del lanzamiento de la Op. Rumyantsev. Fuente: Wikimedia.

En lo que se refiere a las bajas, esta operación causó en torno a unas 250.000, más incluso que las batallas en el saliente de Kursk (180.000). Un buen ejemplo de que un ejército a la defensiva cuenta con una ventaja táctica valiosísima. La Op. Kutuzov fue exitosa en términos estratégicos, no así en pérdidas humanas y materiales: 430.000 bajas y 5 vehículos destruidos por cada uno alemán.
Las pérdidas alemanas fueron mucho menores, pero su debilidad radica en que Alemania no se podía permitir perder de la iniciativa, además de que estas pérdidas eran irremplazables para una economía de guerra ya muy tocada y que ahora se verá abocada a la lucha en dos frentes.

Bibliografía:
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      Beevor, A. La Segunda Guerra Mundial. Barcelona: Pasado y Presente.
-         
      Bellamy, C. Guerra absoluta. Barcelona: Ediciones B.

Gran parte de la narración que hago de la batalla de Prokhorovka está extraída del “HistoCast 14- Kursk” que podéis descargar aquí: http://www.ivoox.com/histocast-14-kursk-audios-mp3_rf_1209087_1.html . Así mismo agradecer a Hugo Cañete, Javier Veramendi (http://www.gehm.es/ ) e Isidoro (http://isidorovr.blogspot.com.es/ ) todo el material que facilitan en sus páginas web.

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