Buenas noches.
Con la entrada de hoy, volvemos a mi tema favorito, la Segunda Guerra Mundial, con una reseña sobre una obra imprescindible en cualquier biblioteca bélica. Se trata del libro "Piloto de Stukas" de Hans-Ulrich Rudel. ¿Y por qué es una obra que merece la pena analizar? Pues sencillamente porque Rudel, no sólo fue piloto de Stuka, si no que fue el soldado más condecorado de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Y eso merece ser tenido en cuenta.
Antes de comentar el libro, me gustaría hacer una breve introducción sobre lo que fue la Luftwaffe y que fue el Stuka. La Luftwaffe (Fuerza Aérea Alemana), fue sin duda uno de los pilares de los éxitos de Alemania durante los primeros años de la guerra. Bajo el mando del mariscal Goering, obtuvo notables éxitos en las campañas de Polonia, Francia, Países Bajos, Rusia, Yugoslavia, Grecia... Y uno de los aviones que contribuyeron a esos éxitos, fue el Junkers Ju 87 Sturzkampffluzeug (bombardero en picado). Con sus características alas invertidas, su tren de aterrizaje y su sirena "Trompeta de Jericó", el Stuka fue el bombardero en picado más letal de la Segunda Guerra Mundial.
Y uno de sus pilotos más famosos y condecorados fue el Oberst (Coronel) Hans-Ulrich Rudel. En su obra autobiográfica, Rudel narra sus experiencias pilotando uno de estos aviones, en el frente oriental en la lucha de Alemania contra la Unión Soviética. Con más de 2.500 misiones a sus espaldas, más de 500 tanques destruidos e incluso un acorazado hundido, Rudel se convirtió en una leyenda de la Luftwaffe en particular, y de la aviación militar en general.
Uno de los pasajes del libro que más me gustó, fue cuando Rudel narra su carrera hacia las líneas alemanas, después de una misión en la que fue derribado. Con su tesón, su fuerza mental y su pericia, el afamado piloto consiguió volver a salvo entre los suyos. Otra anécdota que me dejó perplejo sobre su vida, fue cuando contradijo una orden directa de Hitler para que dejase de volar, y le suplicó al dictador nazi que le autorizase a volver a los mandos de su aparato, hasta que el Führer le autorizó.
El estilo y la forma en la que está escrito el libro, no es digno de ganar el premio Planeta. La importancia de esta obra radica en su autoría, uno de los personajes más importantes en el contexto bélico en el que tuvo que actuar.
Para terminar la reseña, simplemente decir que conocer las aventuras de este gran piloto, independientemente de bajo que bandera luchó, es sencillamente apasionante, y cualquier apasionado de la Segunda Guerra Mundial, por seguro que lo disfrutará igual que lo hice yo.
Un saludo,
Javier
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